domingo, 22 de enero de 2012

Quince consejos para los mareos y las nauseas del embarazo.

Uno de los síntomas más conocidos de las embarazadas son los mareos, las náuseas y los vómitos
Se calcula que el 80% de las embarazadas sufren mareos, sobretodo en el primer trimestre del embarazo, y que los vómitos afectan casi al 50% de las embarazadas. Por eso os queremos ofrecer quince consejos para tener controlados los mareos y las náuseas del embarazo.
Como todo el mundo sabe, casi todas las embarazadas superan estos síntomas pasadas las doce semanas de gestación, sin embargo pueden volver a aparecer más adelante, hacia el final del embarazo y, en el peor de los casos, pueden no llegar a desaparecer del todo hasta que no se da a luz.

Si los mareos y las náuseas en la embarazada se dan por la mañana
Deja un par de galletas o una tostada de pan en la mesita de noche. Cuando te despiertes por la mañana, antes de salir de la cama, cómetelas poco a poco. De este modo pueden evitarse las náuseas que provienen del bajo nivel de glucosa que tiene en ese momento el cuerpo. Quédate en la cama un cuarto de hora y, cuando salgas, hazlo despacito. Desayuna lo que te pida el cuerpo, o lo que es mas importante, haz caso a tus sensaciones. Es posible que al levantarte no tengas demasiada hambre, pero si que te apetezca algún alimento concreto. No tomes nada caliente y no tomes demasiado líquido a esas horas ya que te puede provocar vómitos fácilmente.
Si los mareos y las náuseas en la embarazada se dan después de las comidas
Un poco antes de comer, tómate una cucharada de leche condensada. Pasados unos diez minutos, puedes empezar a comer.
No te tumbes después de comer, es mejor hacer la digestión sentada, sobretodo si los vómitos han aparecido al final del embarazo, cuando el útero presiona hacia arriba al estómago. Siempre que sea posible, reposa media horita después de comer y cenar.

Si los mareos y las náuseas en la embarazada se dan por la tarde

Sigue el viejo dicho de “desayuna como una reina, come como una princesa y cena como los pobres”. Así tendrás mejor digestión por la tarde y noche.
Trata de evitar cansarte durante el día, o por la tarde te encontrarás peor. Ve haciendo pequeños descansos cuando puedas y, si es posible, relájate después de comer la media hora como indicamos antes.
Si los mareos y las náuseas en la embarazada se dan durante todo el día
Come poco y hazlo a menudo. Mejor “muchos pocos que pocos muchos”. Toma los alimentos que sabes que te van a sentar bien. Come despacio y mastica bien los alimentos, así el estómago tendrá que hacer menos esfuerzo para digerirlos.
Cocina los alimentos de manera sencilla, sin demasiados condimentos: al vapor, a la plancha o al horno.
Toma líquidos para estar bien hidratada, pero no más de lo que te pida el cuerpo, porque llenarás demasiado tu estómago.
Aléjate, aunque seguro que ya lo haces, de los olores fuertes y evita ambientes que estén cargados o demasiado calurosos, te marearás casi seguro.
Si todo esto no funciona, o incluso cuando funciona, siempre queda la posibilidad de hablar con el ginecólogo para que recete algún medicamento para las náuseas y los vómitos.

Clases de preparación para el parto.

El embarazo es un proceso natural que la mujer experimenta y que le supone cambios, tanto físicos como psíquicos, inevitables y de manera precipitada.

frente a estos procesos tienes que priorizar aquello que puede mejorar: el estilo de vida. Este condicionará enormemente la salud durante el embarazo, el parto y el posparto, y sobre todo la nueva vida que llevaremos al mundo.

Tanto los cambios físicos como los mentales sufridos durante la gestación están causados por cambios hormonales desencadenados desde el momento en que se produce la unión entre el óvulo y el espermatozoide.

Las actividades cotidianas que antes del embarazo se convierten en costosas y pesadas a medida que avanza la gestación. Tanto el trabajo, como el estrés y el ejercicio pueden influir en el estado de tu futuro hijo. Por lo tanto, es importante llevar una vida lo más saludable posible incluyendo un buen descanso.

Un buen control en el embarazo es básico para poder diagnosticar posibles trastornos que precisen de alguna atención especial. En el parto es importante saber realizar una buena respiración para que el oxígeno pueda llegar sin dificultades al futuro bebé. Hay que tener en cuenta que le separan muy pocos centímetros del mundo exterior pero a través de un largo y costoso camino.

Las clases de preparación al parto aportan beneficios tanto durante el embarazo, en el parto y en el posparto. Antes del parto conviene que la mujer se encuentre en buena forma física, por ello la gimnasia es uno de los pilares de las clases. Permite mantener un buen tono muscular y esto beneficiará durante el parto y en el posparto, ya que muchas mujeres después del parto sufren flacidez en los músculos del cuerpo.

Durante los cursos se informa de cómo es todo el proceso de parto, cómo sabe una madre que está de parto y la manera como afrontar este acontecimiento. Es importante no descontrolarse en estos momentos, especialmente cuando ya falta poco para el nacimiento.

Por otro lado, estos cursos preparatorios sugieren mediante consejos cómo educar el hijo, como cogerlo en brazos, la salud, los controles que debe llevar el niño, las vacunas, etc.…

Estas clases afectan de manera positiva al feto. Aunque no se sabe exactamente por qué, una buena explicación podría ser que la futura mamá está menos estresada por la mayor información que recibe de los cursos, por la mejor forma física en que afronta el momento del parto, lo que permite una mejor oxigenación para el bebé que va a nacer.
Los cursos pueden ser impartidos por profesionales de diferentes especialidades como son las matronas, ginecólogos, ATS, pediatras, puericultoras, psicólogos... Constan de clases teóricas, clases prácticas, clases de gimnasia y clases de puericultura.

Las clases teóricas están basadas en enseñar las diferentes fases del embarazo y el parto. Los psicólogos aconsejan y enseñan los conceptos básicos de educación y cómo establecer vínculos afectivos entre padres e hijo. También se realizan clases prácticas con ejercicios de relajación para aprender a respirar y descansar.


Los cursos deben empezar al quinto mes de embarazo con el fin de asumir paulatina y consecutivamente todos los conceptos del bienestar tanto de la madre como del feto.

No todos los cursos que se imparten actualmente son iguales y existen diferentes métodos o escuelas. Por ello es importante seleccionar un buen curso que incluya los temas básicos para llevar un buen control y un estilo de vida saludable.

La pareja es una parte vital y necesaria en estos cursos, ya que aprenden consejos sobre puericultura que no son exclusivos de la madre. De esta manera, le ayuda a entender los cambios tanto físicos cómo psíquicos que la mujer sufre, y a poderla apoyar en todo el proceso del parto.

Las parejas no deben terminar los cursos sin haber resuelto todas las dudas que vayan apareciendo. Cuanta más información se obtenga en éstos, mejor se podrá aprovechar ese momento dulce de la vida.

¿Cómo te pueden afectar los cambios físicos tras el embarazo?

La llegada del bebé supone innumerables cambios en la vida de toda la familia, pero sobre todo de la madre. Se tiene que enfrentar a un cambio radical en su vida: baja maternal; constante cansancio físico por la gran atención que demanda el bebé; ajustar su vida al horario de comidas y sueño del pequeño, etc.
Lo normal es que te sientas cansada y que la vida esté un poco desorganizada cuando regresa del hospital, pero tras unas semanas estarás más fuerte y volverá a controlar perfectamente la situación. Es cuestión de tiempo. Necesitaras recuperarse del parto, sobre todo si han tenido que practicar una cesárea.
Tras nueve meses de embarazo, la figura ha cambiado, necesita tiempo para recuperarse y volver a su estado natural. Algunas mujeres ven mermada su autoestima debido al deterioro físico que sufren después de un embarazo y la lactancia. No se sienten atractivas físicamente y creen que pueden ser rechazadas por sus maridos.
Las mujeres se encuentran con una silueta diferente a la que tenían antes del embarazo. Normalmente la cintura está más ancha, el pecho es más voluminoso, la barriga todavía está hinchada y aún cuentan con unos kilos de más. Esto, evidentemente, no es del agrado de ninguna mujer y puede hacer que se sientan inseguras y desconcertadas, pero en la mayoría de los casos es tan sólo cuestión de tiempo y con un poco de ejercicio físico, su figura vuelve a su estado natural.
Dar el pecho al bebé ayuda a la involución del útero y acelera la recuperación de la figura de la madre.
No es lo habitual, pero es cierto que algunas mujeres se encuentran con un cuerpo con cambios. Nos referimos, sobre todo, a aquellos casos en los que durante el embarazo se forma estrías en el abdomen y, en ocasiones también en el pecho.
Las estrías son el resultado del rompimiento de las fibras elásticas de la piel. Cuando la piel se estira, las fibras con menos elasticidad se rompen creando marcas a las que llamamos estrías.
Para recuperar la figura es necesario combinar ejercicio físico y una dieta saludable. Durante la lactancia no debemos hacer dieta, pero sí podemos llevar un control de los alimentos que tomamos, evitando los alimentos ricos en azúcares simples y grasas como dulces o bollería. También debemos reducir el consumo de las grasas, sobre todo las saturadas, y moderar la ingesta de fritos y empanados. Es aconsejable beber al menos dos litros de agua al día, cocinar los alimentos a la plancha o hervidos, consumir frutas y verduras, y preferiblemente pescado en vez de carne. Esto nos ayudará a reducir esos kilos demás sin la necesidad de hacer dieta.
Con respecto al ejercicio físico, debe iniciarse tras la cuarentena y empezar poco a poco, de forma moderada. Según vayamos recuperando la forma física iremos aumentando la frecuencia y la intensidad. Pasear y nadar son ejercicios que favorecen mucho la recuperación de la figura. Cuando hayan transcurrido de tres o cuatro meses se podrá empezar a hacer ejercicios más específicos como abdominales o fortalecimiento de glúteos o de pecho. Lo ejercicios de fortalecimiento del pecho sólo se podrán realizar si se ha dejado de amamantar al bebé.

Web para conocer la frecuencia del nombre de tu bebé

Buscando y buscando por Internet hemos encontrado esta herramienta del INE (Instituto Nacional de Estadística) que sirve para conocer la frecuencia del nombre de tu bebé.
A la hora de elegir el nombre del bebé, una de las cuestiones que más preocupan a los padres es la exclusividad. A algunos no les importa y por el contrario, buscan los nombres más comunes.
Tanto para unos como para otros, o por simple curiosidad, esta herramienta del INE para conocer la frecuencia de los nombres de los residentes en España os resultará muy útil.
Permite conocer la frecuencia del nombre por provincia de residencia, por década y provincia de nacimiento, y por nacionalidad. Cuando ponemos el nombre, nos indica además la edad media de las personas que tienen ese nombre a nivel nacional.
Sólo se muestran los nombres cuya frecuencia sea mayor o igual a 20 para el total nacional o 5 por provincia. O sea que si es muy exclusivo, lo mismo ni siquiera aparece el nombre.
Por si todavía queréis saber más sobre los nombres más elegidos por los padres en los últimos años en España, tenéis disponibles tablas de frecuencias de nombres a nivel nacional, por provincias, por fecha de nacimiento y provincia, y por nacionalidad.
La herramienta del INE para conocer la frecuencia del nombre de tu bebé que podéis consultar en este enlace es un recurso que os vendrá muy bien si estáis buscando un nombre para el bebé.

sábado, 21 de enero de 2012

Gadgets para embarazas

Hay multitud de gadgets de última generación que proporcionan información detallada sobre la fertilidad y el embarazo, por ejemplo, la prueba de embarazo vía usb (PTeq-USB pregnancy test). Las muestras de esta prueba se llevan al PC vía usb y se analizan hormonas como la LH (hormona luteinizante, que detecta la mayoría de los días fértiles) gracias a la base de datos y el sofware que posee. Si es resultado es positivo, aparece la carita de un bebé en la pantalla para darte la feliz noticia.

Siempre se ha dicho que la música estimula el crecimiento y desarrollo del feto, además está comprobado científicamente que así es, por eso existe ya un cinturón musical que se pone en torno a la tripa de la madre y cumple esa función. Se llama Ritmo Prenatal y se puede conseguir en la red.

Otro gadget para embarazadas geek es está báscula sin números. Tiene unos divertidos dibujos de una mujer que va pasando de su peso habitual al de una embarazada de 9 meses. Solo hay subirse en ella y contemplar la flecha que mide el 'grado' de embarazo. Cada marca de color representa unos 9 kilos más o menos así que una puede hacer un cálculo rápido.

Diario para el embarazo de Moleskine

El diario del bebé es uno de los tesoros mejor guardados por las mamás. Por eso tal vez os interese el diario del bebé de Moleskine, un clásico en el mundo de las agendas.
Tiene el tamaño clásico por lo que es ideal para llevar en el bolso e ir apuntando día a día las novedades desde el comienzo del embarazo hasta los dos primeros años de vida del bebé.
Contiene seis secciones temáticas para rellenar, más otras seis con pestañas para personalizar. Incluye espacio para elaborar listas de tareas, listas de deseos, tablas de crecimiento, tablas de alimentación, momentos especiales, salud y cuidados del bebé, así como más de doscientas etiquetas adhesivas para personalizar el diario.
Su precio: 19 euros.

Aplicaciones para el embarazo de Android

Si tu móvil es Android, aquí tienes una web en la que encontrarás un montón de aplicaciones para disfrutar de tu embarazo a tope.

. Woman Toolbox, entre otras cosas, calcula tus días más fértiles del mes, predice si será niño o niña, el tipo de grupo sanguíneo, su altura...

. GiaMamma te permite seguir día a día la evolución de tu embarazo y, después, el crecimiento de tu hijo. También predice tus días más fértiles.

. Pregnancy Diary te permite elaborar tu propio diario de embarazada, con fotos incluídas.

¿Qué es la dilatación?

Se llama dilatación a la abertura del cérvix o cuello del útero, aunque genéricamente nos referimos a la dilatación como al periodo del embarazo o del parto que precede inmediatamente al expulsivo del feto.
La dilatación puede inducirse farmacológicamente cuando, por interés materno o fetal se decida terminar un embarazo, aunque lo común es que ocurra de manera espontánea sin intervención médica.
Normalmente la dilatación suele ir precedida o ser simultánea a la expulsión de tampón mucoso, y se puede acompañar de la rotura de la bolsa amniótica (ver el capítulo "romper aguas"), en cuyo caso la mujer debe acudir a un centro hospitalario para valoración por parte de la matrona o el médico.
La dilatación en sí es un proceso que pasa inadvertido para la gestante, pero se suele acompañar de otros sucesos que sí son percibidos por ella, como:
- La expulsión del tapón mucoso: Se trata de la salida de una sustancia gelatinosa que en la mayoría de las ocasiones va acompañada de trazos hemáticos o pequeña hemorragia. Es la causa más frecuente de hemorragia en las últimas etapas del embarazo que se produce por la rotura de pequeñas venas al iniciarse el proceso de dilatación y borramiento del cuello uterino, es por tanto signo de la inminencia del parto. Suele estar acompañado de molestias sacrolumbares y abdominales, con menos frecuencia de contracciones, aunque si estas aparecen serán de carácter irregular.
- Inicio de las contracciones uterinas del parto, que son más fuertes, rítmicas, frecuentes y dolorosas que las prodrómicas.
- Rotura de la bolsa: aunque puede preceder al inicio de la dilatación, suele tratarse de un hecho un poco más tardío. Consiste, como su nombre indica, en la rotura de las membranas que envuelven al feto en su vida intrauterina. Se percibe por la salida de un líquido claro (el líquido amniótico) por la vagina.
- Descenso del feto a través de la pelvis materna: es un suceso que suele acompañar la dilatación, de hecho es la cabeza del feto, empujada en su descenso por las contracciones uterinas, la que va forzando la dilatación del cérvix.
La dilatación no es un proceso que ocurra en poco tiempo, si no que se va a realizar en una serie de fases:
En la Fase latente o inicial del parto, con contracciones leves o indoloras el cérvix se dilata hasta los 3 cm.
En la Fase de trabajo activo de parto, con contracciones más rítmicas, intensas y dolorosas, el cérvix se dilata desde los 4 a los 7 cm.
En la fase de aceleración rápida, cuando la cabeza está encajada y el cérvix dilata velozmente hasta que permite el paso completo de la cabeza del feto. Aproximadamente se produce hasta los 10 cm.
La duración de estos periodos es variable entre cada mujer y en cada embarazo. En las primerizas suelen ser más prolongados. Por tanto, no deben alarmarse, porque es un periodo que puede alargarse muchas horas. Es una prolongación natural sin daño para tu futuro bebé.

lunes, 16 de enero de 2012

Aplicaciones para el embarazo en tu Blackberry

Te recomendamos especialmente estas tres:

. KickBerry registra los movimientos del bebé y el tiempo entre ellos, además guarda toda la información y te la enseña de manera gráfica.

. BirthBerry te permite controlar tus contracciones, su duración y el tiempo que transcurre entre ellas. De esta forma, el sistema te puede advertir cuándo es el momento de ir al hospital. Además, avisa a tus contactos del nacimiento de tu hijo y permite mandarles una foto.

. BurpBerry te ayuda a controlar las tomas de tu hijo, si el pañal estaba mojado... y mucho más.

sábado, 14 de enero de 2012

Los problemas más comunes a la hora de amamantar

Con demasiada frecuencia, las madres encuentran problemas para iniciar o para continuar con la lactancia materna, por ello los niños reciben durante poco tiempo la leche de su madre. La mayoría de las veces esto se debe a la ignorancia o a una mala información en la técnica de amamantar. Desgraciadamente, existe mucho desconocimiento que contribuye a privar a los niños del alimento óptimo para su crecimiento; el único que, además, le vacuna y previene contra múltiples enfermedades.
La leche le protege. Se puede afirmar con seguridad que la retirada de la lactancia materna no está indicada en casi ninguna situación, a pesar de ello, se retira innecesariamente por las siguientes causas:

Dolor
Amamantar siempre es placentero, sin embargo, los primeros días puede sentirse dolor o molestias cuando el bebé se engancha al pecho. La causa mas frecuente del dolor de pezones es la mala colocación del bebé, succionando sólo el pezón, no toda la mamila. Este dolor es transitorio, suele desaparecer en una semana.

Grietas
Las grietas suelen estar producidas por la mala postura del bebé con respecto al pecho, comprimiendo fuertemente con sus encías el pezón de su madre. Además del dolor puede aparecer sangrado o vómito con sangre. Las grietas sólo precisan limpieza del pezón después de cada toma y corregir la posición para que la boca del niño abarque una gran parte de la areola y no sólo el pezón. Las pezoneras de silicona blanda pueden ser útiles en algunos casos.

Ingurgitación de las mamas
La congestión o ingurgitación de las mamas es normal a partir del tercer día del parto, porque en esos días la producción de leche aumenta rápidamente y el bebé puede ser incapaz de extraerla toda. La ingurgitación es molesta pero disminuye o desaparece hacia el final de la primera semana después del parto. A veces, la tensión de los pechos es tan dura que el bebé no se puede agarrar, en esos casos se debe apretar con los dedos de ambas manos sobre la areola, en la base el pezón, intentando hundir la mano durante unos minutos. De esta manera aparecerán algunas gotas de leche que estimularan la succión del bebé, a la vez que le permita disponer y agarrar mejor el pezón.

Pezones planos
Algunas mujeres tienen pezones pequeños, tan aplanados, que el bebé puede tener dificultad para atrapar, sujetar y mantener el pezón dentro de su boca. Se le puede ayudar apretándose con los dedos índice y pulgar, la areola mamaria con fuerza. Esto permite que el pezón salga del pecho, facilitando así que el bebé se pueda agarrar al pezón.

Mastitis
La mastitis es la inflamación de una parte de la mama. Se origina por la acumulación de leche producida por la obstrucción de un conducto que transporta la leche al pezón, también por la ausencia de vaciado de toda la leche producida; más tarde puede infectarse. En ambos casos, con infección o sin ella, existe dolor que mejorará al finalizar la toma y aumentará al empezar la siguiente. También puede existir enrojecimiento y aumento de calor en la zona dolorosa, a veces fiebre.
En ningún caso la mastitis justifica la retirada de la lactancia materna, tampoco cuando ésta cursa con fiebre alta o la madre recibe antibióticos para la curación.
No tener suficiente leche
Ésta es, seguramente, la causa más frecuente de fracaso de la lactancia materna, la creencia errónea de no tener suficiente leche o que la composición de la leche no es la adecuada, está aguada o es incompleta. Se sabe que la composición de la leche materna se mantiene incluso en caso de malnutrición materna porque es el seguro del mantenimiento de la especie.

Cada día se descubren más ventajas de la lactancia materna, tanto para el bebé como para su madre, estos beneficios no sólo son evidentes durante los meses de lactancia, sino que persisten a lo largo de toda la infancia.

¿Sexo durante el embarazo?

¿Nueve meses sin sexo? El embarazo no es una etapa de abstinencia sexual, aunque siguen existiendo muchos mitos y tabúes sobre la posibilidad de seguir mantenido relaciones durante la gestación. Una revisión en la revista 'Canadian Medical Journal' recuerda en qué casos puntuales puede estar contraindicado y en cuáles convienen seguir disfrutando con normalidad.
En general, las relaciones sólo están contraindicadas en aquellos casos en los que el útero necesita reposo, bien por amenaza de aborto o parto prematuro, rotura de la bolsa amniótica o placenta previa, "pero, independientemente de esos casos particulares, que se deben abordar con el ginecólogo, nunca se prohíbe".
Ni siquiera en las gestaciones múltiples, que son la principal causa de parto prematuro: "no todas las mujeres deben guardar abstinencia sexual durante todo el embarazo". De hecho, la sexualidad durante el embarazo es distinta ("ni mejor ni peor") y las parejas deberían aprender a disfrutarla.
Más allá de la incomodidad que pueda suponer encontrar una postura adecuada a medida que la tripa va creciendo, "muchas mujeres describen un descenso del deseo sexual, pero todo indica que es una situación más psicológica que hormonal, provocada por sus preocupaciones o el miedo a dañar al feto".

Contraindicaciones

Las restricciones deben limitarse a las mujeres con riesgo de parto prematuro, aunque incluso en este escenario admiten que las evidencias científicas son escasas y contradictorias.
El ginecólogo puede recomendar reposo sexual:

1. En el primer trimestre, en aquellos casos que exista riesgo de aborto y sea aconsejable reposo para el útero. Aunque contrariamente a lo que muchas parejas puedan pensar, no tiene nada que ver con las posturas o la posibilidad de dañar al feto durante el coito. "Lo que ocurre es que durante el orgasmo femenino se producen contracciones provocadas por una sustancia que contiene el semen, la prostaglandina, precursora de la oxitocina". Es decir, es más una cuestión química que postural.
2. En el segundo y tercer trimestre, cuando haya amenaza de parto prematuro o bien rotura de la bolsa. En este último caso, se trata de prevenir el riesgo de infección, por lo que se indica reposo y tratamiento con antibióticos.
3. En caso de placenta previa, que en lugar de estar colocada en la parte superior del útero, se desplaza y tapona parte del cuello del útero.
4.
"El sexo en el embarazo es algo natural y existen muy pocas contraindicaciones en el caso de gestaciones de bajo riesgo. En los casos de alto riesgo incluso aunque las evidencias no sean cien por cien concluyentes, lo mejor es recomendar la abstinencia sexual, teniendo en cuenta que se trata de una medida sencilla que podría prevenir consecuencias catastróficas.

martes, 10 de enero de 2012

Los antojos

El antojo carece en la actualidad de ninguna importancia por lo que hace referencia al embarazo. Antiguamente existía la creencia de que cuando una mujer embarazada deseaba alguna cosa en concreto, especialmente para comer, era porque el bebé de su barriga lo necesitaba. Es decir era considerada como una entidad que reflejaba una situación patológica de estado carencial.
Incluso se puede encontrar alguna abuela que cuenta anécdotas como "una vez en mi pueblo había una embarazada que deseaba para comer pata de jamón serrano pero como eran de una familia humilde no se lo podían permitir. La tradición cuenta que la mujer al parir trajo al mundo un niño que en el muslo tenía una enorme mancha parecida a una loncha de jamón", pues bien, seguramente lo más probable es que se tratase de una simple mancha de nacimiento (nevus) que son relativamente comunes en nuestra sociedad.
En el siglo XXI encontrar alguna explicación científica a este fenómeno ha quedado del todo desestimada (hasta no hace mucho se pensaba que podía ser por un incremento de la hormona HCG, una de las hormonas de embarazo).
El mero hecho de que a una embarazada, en un momento determinado de su gestación, le aparezcan las ganas de comer algún alimento en concreto (fresas con nata, algún tipo de frutas, chocolate, etc. ) tiene la misma explicación que ciertos alimentos que antes de quedar embarazada comía a menudo y le gustaban, dejan de gustarle, e incluso, le pueden llegar a dar asco.
Estos cambios forman parte de las alteraciones fisiológicas que experimentan los sentidos en un ambiente hormonal propicio como es el embarazo. Hay mujeres que experimentan un aumento de la agudeza visual, otras experimentan un incremento importante a la hora de percibir los olores (ya sean olores agradables como también desagradables) otras un incremento en el gusto de los alimentos, y no por esto representa que estas alteraciones traduzcan ningún tipo de entidad patológica ni carencial para el feto.
Desterramos para siempre el papel del antojo como algo importante quedando meramente relegado a una de las muchas curiosidades que experimentan las embarazadas en este momento tan importante de su vida.

domingo, 8 de enero de 2012

La relación con la madre afecta a la obesidad del niño.

Los cuidados y la atención que dispensa una madre al bebé durante sus primeros meses de vida pueden ejercer un importante influjo sobre su desarrollo. A este hecho, ya conocido por los expertos, acaba de añadirse una nueva circunstancia: los recién nacidos que han tenido una relación menos cercana con su madre tienen más probabilidades de ser obesos en su adolescencia.
Así lo acaba de mostrar un nuevo estudio estadístico que ha seguido a más de 900 niños desde sus tres primeros meses de vida -cuando el trato con sus madres fue objeto de repetidos exámenes- hasta los 15 años de edad. Llegados a la adolescencia, los niños que reflejaron una peor relación con sus madres presentaban tasas de obesidad significativamente mayores, aun descontando otros factores como los niveles de educación o ingresos.
Los autores del estudio de la Universidad Estatal de Ohio (EEUU), midieron la calidad de las relaciones entre madre y bebé mediante dos parámetros: la sensibilidad materna y el apego de seguridad. El primero se estableció a partir de la interacción en situaciones de juego que fueron registradas en vídeo. El segundo evaluaba las reacciones de los niños en presencia o en ausencia de sus progenitoras, en condiciones controladas en laboratorio.
Se valoraban positivamente tanto la capacidad de la madre para reconocer el estado de ánimo y las necesidades del hijo como la tendencia de este a explorar sin miedo el entorno, a sabiendas de que estaría bien cuidado y vigilado por su madre. Ambos parámetros se midieron repetidamente a medida que los niños crecían: a los 15, 24 y 36 meses de edad.
Cuando cumplieron los 15 años, se observó que más de un cuarto de los niños con bajas puntuaciones en estas interacciones con la madre presentaba niveles preocupantes de obesidad. En contraste, sólo el 13% de quienes mejor atendidos estaban según las pruebas presentaba este mismo problema.
Los científicos recuerdan que la calidad de las relaciones entre madre y bebé es un factor conocido en la regulación de las emociones, el desarrollo neuronal y la respuesta al estrés durante el crecimiento de los niños. Además, el manejo del estrés está relacionado con anomalías en sistemas fisiológicos de los que depende el balance energético, las cuales pueden derivar en obesidad.
"Se da una superposición en el cerebro entre las áreas que gobiernan el estrés y el balance energético. Esta respuesta al estrés podría relacionarse con la obesidad a través de la regulación del apetito". Los expertos en nutrición recuerdan, no obstante, que los principales factores de obesidad son los ya conocidos: una mala dieta, el sedentarismo o la falta de sueño. Por ello culpar a los padres no va a resolver el problema.

El vegetarianismo y el embarazo.

Una dieta vegetariana es aquella que se caracteriza por la no ingesta alimentos de origen animal como carne, pescado o marisco, así como aquellos productos que puedan contenerlos. Existen tres tipos de dietas vegetarianas:

- Lacto-ovo-vegetariana. Las personas que optan por este tipo de dieta consumen cereales, verdura, fruta, legumbres, lácteos y huevos, pero ni carne ni pescado.

- Lacto-vegetariana. Excluyen la carne, el pescado y los huevos.

- Vegana. Es la más estricta. En este tipo de alimentación no tiene cabida ningún alimento de origen animal (carne, pescado, huevos, lácteos...)

Las dos variantes más frecuentes son la lacto-ovo-vegetariana y la vegana, aunque también es cierto que últimamente los especialistas se están encontrando con otro tipo de dietas vegetarianas o casi vegetarianas, como las dietas macrobióticas, que se basan principalmente en el consumo de cereales, legumbres y verduras y, en menor medida, frutas, frutos secos y semillas.

Los nutricionistas aseguran que una dieta vegetariana equilibrada y bien planificada puede tener beneficios para la salud (niveles más bajos de colesterol, menor riesgo de cardiopatías, hipertensión y diabetes tipo 2, etc.) pero ha de suplementarse casi siempre para que resulte equilibrada.
El tipo de vegetarianismo más aconsejable es el lacto-ovo-vegetariano debido a su carácter más completo en el consumo de proteínas y otros aminoácidos esenciales como hierro, calcio, vitamina C, D, B12 y B2, nutrientes importantes que en la vegana resultan deficitarios.


Nutrientes fundamentales.

Durante el embarazo se debe aumentar ligeramente la ingesta de energía, pero no más de 300 kilocalorías al día, nada que ver con "comer por dos" como antes se pensaba. Además, se requerirá un incremento de proteínas, minerales (hierro, calcio, zinc, yodo y magnesio) y vitaminas (ácido fólico, vitamina C y vitamina D) con el fin de conseguir un desarrollo fetal óptimo.

- Con la dieta vegana, la ingesta de proteínas está disminuida, porque aunque incluye proteínas de origen vegetal éstas no son de alto valor biológico porque no contienen todos los aminoácidos esenciales. Además, al rechazar los lácteos, el consumo de calcio será insuficiente.
El déficit fundamental de esta dieta se encuentra en la vitamina B12, que no existe en los vegetales. Su carencia produce anemia perniciosa y alteraciones del sistema nervioso, por lo que será imprescindible una vigilancia periódica de los niveles de vitamina B12 y su suplementación en caso necesario.
Así mismo habrá déficits de hierro, de vitamina D, de calcio y de cinc.

Este tipo de vegetarianas también suelen tener niveles más bajos de vitamina C (naranja, kiwi, fresas, pomelo, melón, coles, pimientos, coliflor, peras...), hierro (almejas, berberechos, mejillones, hígado, cereales integrales, judías, maíz, pepino...) , zinc (carne roja, cerdo, cordero, marisco, huevos, lácteos...) vitamina B12 (carne, el pescado y los productos lácteos) y B2 (nueces, cereales, leche, huevos, vegetales de hoja verde y carnes magras) que las mujeres no vegetarianas, por lo que, en caso de llevar este tipo de dieta, lo aconsejable es que consulten con el ginecólogo desde el principio de la gestación para que les aconseje en cada caso cómo complementar las carencias que pudieran tener.

- En las dietas lacto-ovo-vegetarianas, aunque no toman carne ni pescado, obtienen la mayoría de estos nutrientes necesarios para la salud de la madre y del feto de los lácteos y del huevo. Los niveles de calcio y vitamina D no estarán bajos si se consumen los lácteos suficientes pero si los de vitamina B12 y de hierro.

- Todas las embarazadas sea cuan sea su dieta tendrán que suplementar la dieta con ácido fólico y con yodo; la ingesta diaria recomendada es de 400 microgramos y 200 microgramos, respectivamente.

La vitamina D, que ayuda a la absorción del calcio, también es interesante para las embarazadas, vegetarianas o no. Hay muy pocos alimentos naturales que la contengan, pero se puede obtener a partir de alimentos suplementados, como la leche y sus derivados, y mediante la exposición moderada al sol. Es suficiente con 5 o 15 minutos de exposición solar diaria en la cara, manos y antebrazo para conseguir la cantidad adecuada de vitamina D.
Mejora tus hábitos alimenticios en la gestación.

- Come menos cantidad y más veces al día. Tomar cinco o seis comidas más ligeras al día ayuda a hacer mejor la digestión, evita picos de glucemia y mantiene alimentado al bebé de forma regular y constante.

- Guisa los alimentos de forma sana. Preferiblemente a la plancha, al vapor, al horno o hervido.

- Incluye alimentos integrales como las hortalizas, frutas, legumbres, frutos secos y los cereales y sus derivados integrales.

- Evita las salsas.

- Reduce el consumo de sal.

- Restringe la ingesta de dulces (pasteles, bollería y chocolates), sobre todo industrial, porque se consideran alimentos vacío, carecen de nutrientes necesarios y, sin embargo, contienen alto contenido calórico y gran cantidad de grasas saturadas.

- Limita el consumo de café, té, cola... porque son bebidas que contienen cafeína o teína, sustancias que propician la vasoconstricción. Además, la cafeína disminuye la absorción de hierro y calcio, tan necesarios en el embarazo.

- Hidrátate correctamente. Durante el embarazo se producen una serie de cambios fisiológicos que hacen que se incrementen los requerimientos de agua. De hecho, una mujer embarazada necesita aumentar su ingestión diaria de agua en al menos 300 mililitros con el fin de disponer de la cantidad suficiente para atender la formación del líquido amniótico, el crecimiento del feto y la mayor ingestión de energía que se produce durante el embarazo. El Instituto de Investigación Agua y Salud establece que conviene beber al menos 2,3 litros de agua al día a intervalos regulares cada 4-5 horas. Asimismo, aconseja beber antes de tener sensación de sed, de esta manera se asegurará un óptimo estado de su salud y de la del bebé.