miércoles, 23 de noviembre de 2011

La frecuencia respiratoria de una embarazada influye en la sincronización entre el latido de su corazón y el del feto.


La frecuencia cardiaca del feto, que es relativamente fácil de medir, se utiliza a menudo para determinar la actividad motora de un bebé durante el segundo y tercer trimestre de embarazo. Estudios anteriores habían descrito que se puede deducir una relación entre los estados de la madre y el feto mediante la observación de la frecuencia cardiaca del feto.
«Esa percepción especial que, dicen, posee una madre respecto al bienestar de su futuro hijo podría atribuirse en parte a la sincronización de sus latidos», según el Instituto para la Investigación del Impacto Climático de Potsdam (Alemania). Uno de los objetivos del estudio era determinar si la percepción materna sobre el estado del feto tiene alguna base fisiológica. Para llevar a cabo este estudio, analizaron si los episodios de sincronización de la frecuencia cardiaca entre la madre y el feto podrían estar influenciados por el ritmo respiratorio de la madre.
.La sincronización a la que se refieren los autores del estudio no se manifiesta en realidad mediante una relación de uno a uno, sino más bien, que la relación entre los latidos de ambos es constante. Para que sirva de ejemplo, un episodio de sincronización se podría caracterizar por una repetición de tres latidos fetales y dos maternos durante unos minutos.
La interacción entre el sistema cardíaco fetal y materno se detectó mediante una técnica matemática innovadora denominada «sustitutos gemelos». Los hallazgos fueron el resultado de una colaboración entre médicos, ingenieros, matemáticos y otros investigadores científicos.
El hallazgo más importante de este estudio fue que el sistema cardíaco fetal parece ser capaz de ajustar su frecuencia de activación en respuesta a estímulos externos. «Si logramos una mejor comprensión de cómo estos sistemas cardíacos independientes interactúan bajo distintas condiciones fisiológicas, entenderemos mejor el desarrollo prenatal normal y la percepción recíproca que se produce entre la madre y el niño», concluye el estudio. «Esto, a su vez, podría ser beneficioso para la vigilancia del feto y la detección de patologías durante el embarazo.»
¿Cómo se puede realizar esta sincronización? Según el método para realizar este estudio fue entre la semana 34 y 40 de gestación que mantuvieran las madres constante el ritmo de respiración durante cinco minutos (10, 12, 15 o 20 veces por minuto) mientras permanecían tumbadas. Entre una ronda y otra se intercalaron descansos de entre dos y tres minutos de duración Los datos recopilados mostraron que, a diferencia de los ritmos respiratorios normal y lento, los ritmos acelerados dieron lugar a un mayor número de sincronizaciones entre los latidos de la madre y del niño.
Si os preguntáis que tiene que ver el Instituto para la Investigación del Impacto Climático de Potsdam (Alemania) con la maternidad  la respuesta es fácil, estos estudios matemáticos también servirán para el estudio de los Monzones y su relación con el fenómeno climático del Niño.
Vía.Laflecha.net.

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