
Todos estos cambios fisiológicos se producen para mantener la viabilidad del embarazo y el feto y exigen que el cuerpo de la mujer esté lo mejor preparado y lo más sano posible.
Generalmente, el corazón de la mujer está preparado para afrontar esta situación de cambios por lo que el corazón soporta bien esta sobrecarga, que incluso se cree que puede resultar beneficiosa, ya que los cambios cardiovasculares registrados durante la gestación se asemejan a los ocurridos en los deportistas.
El embarazo podría suponer una especie de entrenamiento tras el cual la mujer quedaría más preparada para resistir en el futuro situaciones perniciosas para el corazón.
Aunque en algunas ocasiones se pueden producir complicaciones como cardiopatías, cardiopatías congénitas o la rara enfermedad de la miocardiopatía periparto.
Para ayudar al buen funcionamiento del corazón durante el embarazo la mujer ha de controlar la tensión arterial, ya que existen mujeres que por naturaleza tienen la tensión alta de manera habitual.
Una vida tranquila, eliminar el estrés, hacer ejercicio moderado, reducir el consumo de sal y de grasas, evitar sustancias perjudiciales estimulantes como café y tabaco… son medidas que previenen un aumento de presión cardiaca y conseguirá que tu corazón funcione correctamente.
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