domingo, 5 de febrero de 2012

El corazón durante el embarazo

Todo el cuerpo de la mujer se transforma durante la gestación, y el corazón no es una excepción. Durante el periodo del embarazo, aumentan las demandas de trabajo para el corazón debido al incremento de volumen sanguíneo en el organismo de la mujer.
El gasto cardiaco (volumen de sangre que bombea el corazón por minuto) crece alrededor del 50%. Al final del embarazo el útero recibe la quinta parte del volumen sanguíneo total. Como consecuencia, la frecuencia cardiaca, el número de latidos por minuto, aumenta en reposo. Pasa de 60-70 pulsaciones/minuto a 80-90. La tensión arterial suele disminuir.
Todos estos cambios fisiológicos se producen para mantener la viabilidad del embarazo y el feto y exigen que el cuerpo de la mujer esté lo mejor preparado y lo más sano posible.
Generalmente, el corazón de la mujer está preparado para afrontar esta situación de cambios por lo que el corazón soporta bien esta sobrecarga, que incluso se cree que puede resultar beneficiosa, ya que los cambios cardiovasculares registrados durante la gestación se asemejan a los ocurridos en los deportistas.
El embarazo podría suponer una especie de entrenamiento tras el cual la mujer quedaría más preparada para resistir en el futuro situaciones perniciosas para el corazón.
Aunque en algunas ocasiones se pueden producir complicaciones como cardiopatías, cardiopatías congénitas o la rara enfermedad de la miocardiopatía periparto.
Para ayudar al buen funcionamiento del corazón durante el embarazo la mujer ha de controlar la tensión arterial, ya que existen mujeres que por naturaleza tienen la tensión alta de manera habitual.
Una vida tranquila, eliminar el estrés, hacer ejercicio moderado, reducir el consumo de sal y de grasas, evitar sustancias perjudiciales estimulantes como café y tabaco… son medidas que previenen un aumento de presión cardiaca y conseguirá que tu corazón funcione correctamente.

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